Niño malo, niño maloo! No está bien tirar a tu madre por las escaleras. A ver esos ojos hundidos y negros, y esa boca pegada, a ver esa cabeza hinchada y con un hediondo olor. Así estas mejor, más poderoso, más seguro de ti mismo, más aterrador... Sobre mi tengo una cruz que nada hace por ti, pues el miedo es mayor. Sentado en el suelo puedo ver como tu madre se parte el cuello, como su sangre te salpica la cara y como él permite que esto pase. Estoy orgulloso de ti.